No es exagerado decir que la pandemia de Covid-19 nos ha cambiado la vida tal y como la conocemos. Desde una perspectiva personal, ha impactado en nuestra capacidad de movernos libremente, de ver a nuestra familia y amigos y en la forma en la que disfrutamos de nuestro tiempo libre, siendo el cambio más impactante la forma en que trabajamos. En la universidad, la formación ‘online’ ha pasado a ser la opción prioritaria para la enseñanza y tanto los profesores como los estudiantes hemos tenido que aprender a trabajar en estos nuevos formatos y metodologías a una velocidad de vértigo.

Desde los seminarios a través de internet para el aprendizaje de las herramientas virtuales para la impartición de las asignaturas con contenidos, chats y foros hasta la emisión de los cursos a través de videoconferencias en directo o grabadas, con lo que se pretende conseguir una mejor comunicación didáctica con los alumnos, que siguen las sesiones a distancia, accediendo a las plataformas formativas desde cualquier ubicación, y que conduce a la autoformación tutorizada por el profesor. En realidad, no estamos hablando de nada nuevo ni de ninguna tecnología o formato que no estuviese ya inventado. La Covid-19 ha acelerado lo que ya era una evolución natural en el sector de formación, en su conversión y adaptación digital. Nuestras empresas no se han quedado atrás ya que, durante el confinamiento, algunas se adaptaron (y otras lo están haciendo) a estos nuevos formatos de comunicación.

El retorno progresivo a la actividad de la mayor parte de nuestras empresas a partir de mayo y junio hizo que se reactivara la demanda de nuevos proyectos, muchos de ellos concebidos durante el confinamiento. Algunos de estos proyectos nacen del cambio de mentalidad, provocado por la Covid, de los consumidores, cada vez más exigentes, que demandan productos hortofrutícolas saludables y seguros. Las empresas del sector agrario, conscientes de esta demanda, se dirigen hacia la búsqueda de soluciones para conseguir plantas que sean más resistentes y con mayor capacidad de respuesta a las condiciones ambientales adversas y al ataque de organismos patógenos, con el fin de disminuir el uso de los tratamientos químicos. En este sentido, una de las alternativas que se utilizan para fortalecer las semillas y plantones frente a los ataques fúngicos y a las condiciones climáticas desfavorables, consiste en el uso de ‘bioestimulantes’, que favorecen la absorción de los nutrientes, y mejoran el vigor vegetativo, el rendimiento y la calidad de la cosecha en estas condiciones adversas.

Nuestras empresas no se han quedado atrás y durante el confinamiento algunas se han adaptado a nuevos formatos

Durante los últimos años, el sector agrícola se ha centrado principalmente en el uso de los ácidos húmicos y de los extractos de algas como ‘bioestimulantes’. Recientemente, se ha prestado mayor interés a los extractos de plantas, aunque se conoce poco acerca de sus actividades ‘bioestimulantes’, ya que, hasta ahora, la atención se había centrado fundamentalmente en sus propiedades plaguicidas.

Por otra parte, el continuo afán de rentabilidad y ventaja competitiva ha llevado a las empresas a adoptar modelos de innovación y colaboración entre los sectores público y privado. Esta cooperación, que resulta clave para poder generar un conocimiento de forma conjunta, acelerar la innovación y la transición de las empresas hacia un modelo de producción circular más sostenible, ha sido captado por la empresa Semilleros del Sureste, compañía de la Región de Murcia dedicada a la venta de plantones de una gran cantidad de especies vegetales. Así nació el proyecto ‘Uso de extractos naturales como bioestimulantes del crecimiento y la defensa vegetal’. Sus objetivos principales se centran en tratar a semillas seleccionadas con diferentes extractos de plantas, con potencial como bioestimulantes, que están enriquecidos en compuestos y proteínas relacionadas con la defensa vegetal. Estos tratamientos se están realizando en diferentes fases de desarrollo de las plantas de interés hortícola con el fin de mejorar el rendimiento y la calidad de los cultivos mediante la activación de los sistemas de defensa de las plantas. Una vez analizado el efecto de los diferentes tratamientos ‘bioestimulantes’ en las semillas y plántulas, se seleccionarán aquellos extractos para formularlos y correlacionar su funcionalidad con la calidad y la productividad de los cultivos.

Otro de los proyectos que ha suscitado nuestro interés debido al impacto potencial que presenta para el creciente sector ‘bio’ en la industria alimentaria, y que ha sido concebido durante el confinamiento, también está basado en el uso de extractos de plantas. Este se ha generado gracias a una iniciativa en vigor (‘Desarrollo y validación de antifúngicos naturales para uso en agricultura’, financiado por la Fundación Séneca y por la empresa Agrométodos), cuya difusión se realizó en el suplemento AGRO de LA VERDAD y que fue leído por un doctor en Biología que se formó en nuestro laboratorio, Carlos Gabaldón, conocedor de la problemática que tienen las empresas del sector apícola y en concreto de la Empresa ciezana Miel Isabel. La varroosis, es en la actualidad la enfermedad de distribución mundial que más daños ocasiona a la apicultura. Se trata de una enfermedad causada por el ácaro ‘Varroa destructor’ que afecta tanto a la cría como a las abejas adultas. Los daños que produce no solo devienen de su acción expoliadora, sino también porque favorece la aparición generalizada de infecciones víricas y bacterianas, tanto en las crías como en las abejas adultas. En España y en el resto de la Unión Europea tiene un carácter endémico. Es la única enfermedad en la cría de las abejas que obliga a los apicultores a mantener la infestación por debajo de niveles que produzcan daños y minimizar el uso de acaricidas.

Avanzar juntos

El objetivo de este proyecto se centra en la producción de un formulado natural basado en extractos de plantas con capacidad acaricida para combatir las infecciones promovidas por estos ácaros en las colmenas de abejas con estos productos vegetales naturales. Para el desarrollo de este proyecto realizaremos, en primer lugar, una caracterización del extracto botánico diseñado por la empresa, Miel Isabel para, posteriormente, realizar un formulado que será ensayado gracias a la colaboración del grupo de investigación del Departamento de Zoología al que pertenece la catedrática Pilar de la Rua, experta en abejas, que analizará el efecto de las dosis y tratamientos del extracto botánico con capacidad acaricida sobre las poblaciones de abejas y sus crías.

Esta crisis, en definitiva, ha confirmado la necesidad de avanzar juntos las empresas y los investigadores de centros, tanto públicos como privados, hacia una economía verde, con medidas hacia la sostenibilidad económica, para sustituir la economía lineal por una economía circular, más moderna y competitiva, y medioambiental, a través de la generación de nuevas estrategias que permitan tanto el uso eficiente de los recursos naturales como el desarrollo de planes efectivos de recuperación del medio natural. Se ha confirmado la necesidad de cambiar la mentalidad y generar conocimiento visualizando las aplicaciones futuras.

 

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Published On: 14 de marzo de 2022

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